En la actualidad es uno de los temas de debate más fuertes dentro de las empresas en Estados Unidos. ¿Deben los empleados regresar a trabajar de forma masiva a las oficinas en la nueva etapa de normalidad que se busca a medida que la vacunación avanza?
«Si puedes ir a un restaurante en Nueva York, puedes venir a la oficina y te queremos en la oficina». Esa es la cruda respuesta que ofreció este lunes el director ejecutivo del banco Morgan Stanley, James Gorman.
Durante una conferencia de servicios financieros, Gorman dijo que aún no había comenzado a ordenar el regreso de los empleados a la oficina. Pero, que creía haber enviado un mensaje «muy fuerte» sobre su deseo de tenerlos de vuela en sus escritorios.
Afirmó que estaría «muy decepcionado» si los trabajadores de ese gigante de las finanzas no vuelven a sus puestos para el Día del Trabajo. El mismo, se celebra el 6 de septiembre en Estados Unidos. «Entonces, de no ser así, tendremos un tipo de conversación muy distinta», advirtió.
Gorman aseguró que no vería con buenos ojos a los empleados que no trabajen de forma regular en la oficina. En especial, a aquellos que quisieran realizar su trabajo de forma remota desde lugares como Florida o Colorado. Destacando que quienes quieren obtener un sueldo propio de Nueva York deben trabajar allí.
El jefe de Morgan Stanley considera que trabajar desde la oficina es especialmente importante cuando se trata de los empleados más jóvenes, que aún se están entrenando para hacer el trabajo, pues allí es dónde aprenden.
Señaló que, en la actualidad, más del 90% de los empleados que están de vuelta en las oficinas de la empresa ya están vacunados. Además, esperan aumentar esa cifra hasta el 98%.
Visiones opuestas
Pero Morgan Stanley no encabeza el pelotón de los grandes bancos que quieren a sus empleados de vuelta.
Desde este lunes, casi todos los empleados de la sede en Nueva York de Goldman Sachs están convocados a regresar a sus escritorios.
El director ejecutivo de esa empresa, David Solomon, les dio un ultimátum a los trabajadores de la empresa al advertir que aquellos que no han vuelto aún tienen hasta el próximo lunes para ver cómo harán para regresar a sus puestos.
Ya en marzo pasado, Solomon había calificado el trabajo remoto como «una aberración».
Aunque hay empleados que anhelan el retorno a las oficinas, las iniciativas de las empresas para traerlos de vuelta a sus sedes se han convertido en un motivo de preocupación para algunos.
Mientras ciertos jefes temen que sus equipos serán menos competitivos si no regresan pronto, los trabajadores con hijos tienen una doble preocupación: perder la flexibilidad ganada con el trabajo desde casa y ser desplazados por empleados más jóvenes y solteros que regresen antes y aprovechen esa cercanía para tejer mejores conexiones con los ejecutivos y con los clientes.
Pero no todo el mundo dentro de las grandes finanzas estadounidenses apuesta por el retorno a la vieja normalidad.
Citigroup ha dicho a la mayor parte de sus empleados que podrán adoptar un estilo de trabajo híbrido entre la casa y la oficina en el largo plazo.
Su directora ejecutiva, Jane Fraser, quien asumió el cargo hace pocos meses, sigue apostando por la flexibilidad hacia los trabajadores, algo que -según los analistas- podría darle a la empresa una oportunidad de diferenciarse como empleador dentro de la industria.
Por su parte, JP Morgan Chase, el banco más grande de Estados Unidos, avisó a sus empleados de que se preparen para la vuelta a la oficina el mes próximo, aunque para entonces aún mantendrá limitada al 50% la ocupación de su sede central en Nueva York.
Bank of America no prevé un regreso masivo de los trabajadores a las oficinas hasta el otoño.