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Más allá de la cultura organizacional: el rol de las microculturas en los procesos laborales

Las microculturas son fenómenos intrínsecos a cualquier organización, que emergen naturalmente entre colaboradores que comparten afinidades en cuanto a métodos de trabajo, valores o incluso intereses personales.

Por eso, es común escuchar entre los equipos de trabajo de una empresa frases como: “en mi sede hacemos las cosas así”, “mi equipo trabaja de esta manera” o “nosotros nos enfocamos más en esto”. Esto significa, posiblemente, que la microcultura, o forma de hacer las cosas de ese equipo, ejerce más influencia que la cultura organizacional general.

Aunque pueden fortalecer la cohesión y el sentido de pertenencia dentro de equipos particulares, manifestándose a través de creencias, prácticas y normas compartidas por grupos específicos dentro de la empresa, las microculturas también plantean desafíos significativos para la gestión de la cultura organizacional.

Por ejemplo, las microculturas pueden desviar estas normativas al fomentar prácticas que no están alineadas con los intereses globales de la organización. Este desajuste puede llevar a conflictos internos, falta de coherencia en la ejecución de estrategias y, en casos extremos, afectar negativamente el rendimiento y la eficacia organizacional.

Entonces, ¿cómo gestionar adecuadamente las microculturas?

Aunque son difíciles de identificar y manejar debido a su naturaleza informal y dispersa, los líderes deben estar conscientes de su existencia y monitorear su impacto en la dinámica organizacional.

  • Promover una comunicación abierta y transparente para entender las necesidades y perspectivas de los diferentes grupos dentro de la empresa.
  • Establecer principios claros y realizar intervenciones estratégicas para promover comportamientos
    deseables en todos los niveles.
  • Implementar periódicamente planes de transformación cultural que permitan adaptar la cultura a los cambios internos y externos.
  • Utilizar herramientas como pruebas de fit cultural durante el proceso de reclutamiento que miden la armonía cultural entre un candidato y la organización.

CAMACOES - Domine estas seis destrezas para que le vaya bien en los negocios. Fuente Freepik

Los líderes en la microcultura

Los líderes desempeñan un papel crucial como embajadores de la cultura organizacional, modelando comportamientos y valores que inspiran a otros. Su capacidad para influir positivamente en el ambiente laboral y promover una cultura de colaboración y respeto mitigan el desarrollo excesivo de microculturas aisladas y, de existir, que se puedan alinear estas microculturas con los valores y objetivos centrales de la organización.

Las microculturas no son ni buenas ni malas

En esta perspectiva, no solo se debe mencionar los riesgos, sino también que las microculturas traen oportunidades. Así asegura Ariana González, especialista en atracción de talento: “cuando el clima laboral de estos líderes es muy bueno, se convierten en una inspiración para los demás, y aunque ellos ya no estén en la organización, se replica su manera de trabajar”.

Las microculturas pueden enriquecer la diversidad y la creatividad dentro de una organización siempre que su gestión sea efectiva para que sirvan de catalizadores de la propia cultura organizacional y garanticen el cumplimiento de los objetivos estratégicos.

Construir una cultura organizacional sólida y adaptativa, junto con una gestión consciente de las microculturas, garantiza que todos los equipos trabajen de manera alineada hacia el éxito común.

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