La forma en la que el exterior ve a la República Dominicana moldea la facilidad -o dificultad- de las empresas que allí se desenvuelven para hacer negociaciones con terceros. La desinformación, la crisis de Haití, la seguridad ciudadana, los fenómenos naturales y la actual contienda electoral son algunos de los temas que pueden empañar la buena reputación del país como lugar para hacer intercambios comerciales, según el informe “Contexto Dominicano: retos para el entorno de negocios – Mapa de Priorización de Riesgos Reputacionales” de nuestra empresa socia LLorente y Cuenca, LLYC.
Al combinar la evaluación de millones de menciones provenientes de más de 84 mil perfiles, con técnicas de big data e inteligencia artificial, los analistas de LLYC lograron identificar los ocho riesgos reputacionales más significativos para el país y para las compañías con el propósito de anticiparlos y gestionarlos.
Riesgos Reputacionales de RD, según LLYC
Riesgo 1. Impacto en el turismo por hostilidades multirregión. Persisten los desafíos en cuanto a seguridad, acceso aéreo, desarrollo de infraestructura, inversiones y expansión de mercados, particularmente en medio de las tensiones geopolíticas que generan inquietud y desconfianza entre los viajeros.
Riesgo 2. Fenómeno El Niño y los huracanes representan un riesgo tanto para la seguridad de la población como para la economía, las inversiones, el turismo y la preservación de la biodiversidad del país.
Riesgo 3. Inestabilidad y migración forzada desde Haití. La percepción de la comunidad internacional y de as compañías respecto al impacto de la crisis prolongada en el país vecino, plantean una amenaza a largo plazo significativa para la República Dominicana.
Riesgo 4. Inflación y su impacto económico. Si bien la percepción de los impactos económicos respecto a la inflación y otros indicadores es debatible en un entorno electoral, expertos coinciden en una estabilidad en materia económica de República Dominicana frente a otros países del Caribe e incluso de Latinoamérica, representando un escenario atractivo de inversión y operación para los negocios.
Riesgo 5. Elecciones, ¿nuevo gobierno o ratificación? Los procesos electorales generan una alta tasa de incertidumbre que impacta a la esfera pública y al entorno de los negocios.
Riesgo 6. Ciberseguridad y el rol de la inteligencia artificial. Es hora de ser ciberresilientes ante las oportunidades y desafíos de la Inteligencia Artificial.
Riesgo 7. Seguridad ciudadana. Es crucial elaborar estrategias para mitigar el problema y crear un entorno más favorable tanto para los ciudadanos como para los negocios.
Riesgo 8. Desinformación, impulsada por la inteligencia artificial, representa un desafío significativo en la era digital.
“El año 2024 será un año definitorio en todos los sentidos por el gran número de cambios y sucesos que se esperan. Será un lapso convulso y dinámico que sentará las bases para un futuro cercano más allá de los 365 días que contiene debido a la celeridad de transformaciones y efectos que implican los comicios presidenciales, acompañados por retos climáticos más extremos y por la continuidad de la crisis sociopolítica en el país vecino de Haití”, describe el informe. Por ello, resulta imprescindible:
- Comprender una realidad de permacrisis. Tanto a las compañías como a los actores públicos se les demanda ser más ágiles en sus operaciones para adaptar sus modelos de negocio y procesos de toma de decisiones para surcar los retos y, a su vez, diseñar estrategias de anticipación de riesgos con una visión multistakeholder para reducir el impacto de las consecuencias.
- Habilitarse desde la data. Mantener una visión centrada en la organización y el entorno local, e incluso global, se limita si no se suman herramientas de análisis de macrodatos que permitan extraer insights de conversación que den luz sobre la aceleración y posible impacto de riesgos conocidos, pero sobre todo de aquellos sin identificar.
- Potencializar una mirada resiliente. La fortaleza de República Dominicana ante embates globales puede impulsarse desde la colaboración públicoprivada para mitigar riesgos a través del desarrollo de capacidades de adaptación y recuperación.
- Impulsar enfoques desde la antifragilidad. Al comprender el entorno de permacrisis, hay riesgos que demandan una aproximación más proactiva, donde las compañías ejecuten acciones correctivas para disminuir la probabilidad e impacto en riesgos elevados, implementen estrategias que transformen la negatividad de ciertos riesgos o, incluso, exploten alguno como palanca de diferenciación y legitimación.
Recomendaciones para surfear los retos con éxito
- Uso de la inteligencia de datos de manera sostenida para obtener insights clave con los que activar las palancas adecuadas para la gestión de los riesgos identificados, crear estrategias y planes de acción que conecten con los grupos de interés y los movilicen en el sentido favorable para el clima de negocios e inversión. En el caso del riesgo vinculado con las elecciones, los datos ayudan a disminuir la incertidumbre y comprender el escenario político, sus protagonistas y sus dinámicas.
- Creatividad para afrontar los riesgos y asumirlos de manera decidida de forma que se puedan adoptar estrategias de posicionamiento adecuadas para construir diferenciación y ganar legitimidad con cualquiera de los públicos que se deba gestionar.
- Planes de engagement con el talento, el consumidor y el ciudadano de forma que conozcan el propósito e iniciativas de las empresas y que puedan identificarse con ellas a tal nivel que se sientan parte de la misma. En el caso específico del empleo, las compañías deben desarrollar relatos de marca empleadora que sean sencillos e inspiradores con los que romper las barreras de atención e inspirar y transformar la relación con sus profesionales actuales y con los potenciales a serlo.
Para finalizar, desde LLYC afirman que, de cara a este año, las instituciones, autoridades, gremios, clase política y ciudadanía deben comprender los retos que la República Dominicana enfrenta para la protección del Estado de Derecho y un entorno propicio para los negocios.
“Todos estos actores deben entender que los riesgos identificados a tiempo pueden convertirse en una oportunidad, que ya no se trata de sobrevivir, sino de prosperar, destacarse y afrontarlos de manera tal que las compañías más allá de adaptarse y recuperarse de situaciones de adversidad, desarrollen la capacidad de hacerles frente y crecer en contextos de volatilidad”, concluyen desde LLYC.
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