En el complejo entorno de la gestión empresarial, las desavenencias entre socios pueden generar conflictos que involucran temas diversos. Estos desacuerdos afectan la operación social y pueden repercutir en la supervivencia misma de la empresa.
En términos sencillos, se definen como conflictos societarios aquellos que afectan la gobernabilidad de una empresa. Las causas pueden ser variadas, siendo las más comunes:
Diferencias en la visión del negocio: Son los más frecuentes, y se centran en el eje económico, cuando los socios tienen una perspectiva distinta sobre la dirección futura del negocio, la estrategia para lograr el crecimiento y el destino de las inversiones.
Disputas sobre la gestión y conflictos de poder: Surgen de los desacuerdos sobre la toma de decisiones operativas, financieras o la asignación de responsabilidades. Es común entre socios que tienen poder e influencia similares.
Conflictos familiares: Considerando que, dentro del tejido empresarial dominicano y latinoamericano en sentido general, la mayoría de las empresas son familiares, es muy frecuente que una disputa de este tipo se convierta a la vez en un conflicto societario.
Papel del abogado empresarial en la mediación de conflictos

A lo largo del ciclo de vida de una compañía, es natural que surjan desacuerdos entre socios. Prevenir que estas diferencias evolucionen en conflictos societarios es clave para garantizar la continuidad operativa del negocio. En este contexto, el abogado corporativo desempeña un rol fundamental al anticiparse a posibles disputas, identificar riesgos y diseñar estrategias de solución eficaces. Su participación como mediador comienza desde la identificación de los puntos de conflicto, con el objetivo de facilitar el diálogo entre las partes.
Evaluado el escenario, proporciona asesoramiento sobre las opciones legales disponibles y contribuye con la definición de los objetivos del cliente, asegurando la protección de sus intereses y la búsqueda de soluciones equilibradas para todas las partes involucradas.
Si bien su conocimiento jurídico es fundamental para interpretar y estructurar los acuerdos propuestos, el verdadero éxito del abogado mediador radica en su capacidad para fomentar la comunicación efectiva y generar un entorno propicio para la negociación. Todo esto debe llevarse a cabo bajo los más altos estándares de ética y confidencialidad, elementos esenciales para la efectividad de este mecanismo de resolución de conflictos.
El abogado corporativo desempeña un primer rol fundamental al anticiparse a posibles disputas, identificar riesgos y diseñar estrategias de solución eficaces.
Mediación empresarial como estrategia de resolución de desacuerdos
Si bien una adecuada estructuración corporativa preventiva puede mitigar riesgos, los conflictos entre socios pueden escalar inevitablemente. En estos casos, es fundamental evaluar las alternativas disponibles para su resolución, priorizando mecanismos como la conciliación, la mediación o el arbitraje. Estos métodos ofrecen soluciones más ágiles, especializadas y confidenciales, posicionándose como opciones más deseables que los procesos judiciales ordinarios.
En particular, y enfocándonos en la mediación empresarial como alternativa de resolución de disputas, el abogado actúa no solo como asesor legal especializado, sino también como un facilitador de la comunicación entre las partes involucradas. Su experiencia y conocimiento especializados, junto con las habilidades para negociar, le permiten identificar las causas subyacentes de las desavenencias y proponer soluciones que equilibren los intereses de todos los socios de cara a la preservación y el fortalecimiento de las relaciones comerciales y de la empresa.
La mediación, al ser un mecanismo voluntario y flexible, ofrece a las partes mayor control sobre el proceso y el resultado, lo que resulta fundamental para mantener la cohesión societaria y garantizar la continuidad operativa de la empresa. Entre sus principales ventajas destacan sus costos reducidos, la posibilidad de alcanzar una solución en un plazo significativamente menor y la flexibilidad para adaptar el proceso a los límites y necesidades establecidos por las partes. Además, la mediación promueve un enfoque colaborativo, priorizando soluciones amigables que permitan a los socios preservar su relación más allá del conflicto, un aspecto especialmente relevante en el entorno empresarial.
En definitiva, en nuestra práctica jurídica incorporamos cada vez con mayor frecuencia cláusulas de mediación empresarial en los acuerdos de socios y recomendamos su implementación a nuestros clientes como preliminar a cualquier otro método de resolución de conflictos. La intervención de abogados corporativos en esta técnica no solo facilita la búsqueda de soluciones consensuadas, sino que también contribuye a proteger el negocio y garantizar la estabilidad de la compañía.
Escrito por Gina Hernández de Alburquerque Abogados.
Le invitamos a leer: Mentoría inversa: cuando los veteranos se convierten en aprendices.