A la hora de internacionalizar una empresa, una de las principales herramientas de promoción son las misiones comerciales. La misma se podría definir como un viaje de negocios cuyo fin es estudiar las oportunidades comerciales que ofrece un país. Hay diferentes tipos: individuales, grupales, directas, inversas, etc., según el número de participantes y el propósito del viaje.
En esencia, las misiones comerciales son el vehículo para concertar reuniones de trabajo entre compañías interesadas en vender sus productos o servicios con los prospectos de ventas. En el proceso se conocen nuevos mercados y se evalúan las posibilidades reales de hacer negocios en ellos.
Una misión comercial directa es aquella en la que su empresa viaja al país destino, mientras que la indirecta es cuando los potenciales clientes del país destino viajan al entorno geográfico de su empresa.
Modus operandi de las misiones comerciales
Una compañía interesada en organizar una misión comercial goza de dos opciones: la primera es optar por la autogestión, es decir, contactar directamente a las entidades objetivo; la segunda es a través de organismos de promoción, como la Cámara de Comercio de España en RD, quienes se encargan de confeccionar la agenda de contactos y las juntas de negocios. Para mayor entendimiento le explicaremos cómo sería el ciclo completo de una misión comercial que nosotros estructuramos.
Empresa convocante
En el caso de que las instituciones opten por una misión comercial directa, el primer paso es ponerse en contacto con nosotros y llenar la ficha de inscripción. Luego, “procederemos a estudiarla para encontrar las potenciales compañías y así organizar una agenda de negocios precisa”, según explica nuestra directora ejecutiva Marta Ors.
Al realizar una misión comercial, preste especial atención a estas partes del proceso:
Empresas participantes
Una vez se concretan los pormenores de la misión comercial, la Cámara convoca a las compañías radicadas en el país destino basándose en criterios específicos de la entidad que viaja. Debido a esto, el número de corporaciones llamadas a participar suele ser reducido. El acercamiento de la Cámara se efectúa vía telefónica.
Tras concertarse todas las citas y llegar la fecha de inicio de la misión comercial, la empresa convocante se desplaza por sus propios medios hacia las diferentes instalaciones de las compañías interesadas en conocer sus productos o servicios. En casos excepcionales, las partes pueden reunirse en las instalaciones de nuestra Cámara.
Generalmente las misiones comerciales tienen una duración media de cuatro a cinco días, a veces menos, en los que la empresa convocante se reúne con las empresas candidatas para enseñarles sus propuestas. Las reuniones de trabajo suelen extenderse por una media de sesenta minutos y realizarse varias en un mismo día.
En los últimos 5 años, CAMACOESRD ha organizado más de 15 misiones comerciales entre empresariales, individuales, sectoriales y multisectoriales.
¿Cuáles obstáculos pudieran surgir al sumarse a una misión comercial?
Tomando en cuenta los años de experiencia de Ors organizando misiones comerciales, nos aseguró que “cuando la misión comercial la realiza una entidad con experiencia y las empresas que participan en la misma reciben la asesoría e información -necesaria- no hay ningún obstáculo”.
En definitiva, las misiones comerciales son una herramienta clave para el crecimiento y la expansión de las corporaciones más allá de su lugar de origen. Más aún cuando cuentan con el apoyo y la veteranía de la Cámara en la organización de las agendas y reuniones de trabajo.
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